viernes, 24 de junio de 2011

Qué agradable sensación de sentir que no podés hablar en paz con nadie.


Tenés al que está disconforme con tu forma de ser, y para estar cómodo con él tenés que inventar una careta de lo que no sos, porque de lo contrario la pasarías mal, y a quién le gusta pasarla mal? Pero aún así te sentís mal por mentir, por mentirte a vos mismo; "no-soy-así", es todo lo que suena en tu mente.


Tenés al otro disconforme, el que está disconforme con el mundo; no le importa el humor que tengas, podés estar radiante de felicidad y siempre va a tener un comentario para tirarte abajo. NI SE TE OCURRA contarle por qué estás feliz, porque ocasiona desastres. Nunca parece estar feliz, y lo que es peor: cuando parece estar legítimamente feliz, no te lo vas a creer.


Por último, el sensible: hablá con suma cautela, extremo cuidado, alerta Per-ma-nen-te!, porque apenas digas algo que parezca ser capaz de generar una brisa en su paz, el sensible va a comenzar a argumentar que lo dijiste en su contra, para hacerle mal y porque sos una porquería de persona; al sensible no hay que darle pelota, por suerte.



Qué agradable sensación de sentir que no podés hablar en paz con nadie.

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