domingo, 19 de junio de 2011

Es la segunda o tercera vez que tengo el mismo sueño; no sé ni qué significa igual, tiene detalles demasiado específicos, demasiado exactos.


Camino por la calle por la que voy a mi casa al bajarme del colectivo, es de noche hace rato ya, y los pies no me pesan como la mayoría de las veces; los siento ligeros, casi como si pudiese correr más rápido que Usain Bolt, aunque agachado y casi tocando la nariz con el piso. 
De hecho, en el momento en que sombras se acercan y me gritan, lo hago, con miedo de perder el equilibrio y hacerle probar a mi dentadura ese apetitoso asfalto que está frente a mis ojos.


De repente estoy manejando; piso muy a fondo, pero responde a la perfección.
Siempre en LA MISMA CURVA, una que no puedo reconocer porque todo está muy oscuro, pero SÉ de alguna manera que es de mi barrio, acelero demasiado, y tengo que pegar el volantazo para no darme el cordón de frente; siempre me deslizo hasta frenar a centímetros del cordón, pero jamás lo toco.
Entro a un portón, de alguna manera paso por adentro de un quincho con forma de L (sí, doblando y todo), y salgo por el otro lado; en el quincho está el papá de un compañero de secundaria que me trataba mal (el padre) y por eso yo no quería ir a su casa; ahora su hijo usa drogas duras, y sospecho que roba. El padre se está haciendo un asadito, pero no tiene delantal, ni una fuckin mancha; y eso que está de blanco.


Freno la camioneta en el final del quincho (porque no, jamás manejé otro vehículo que no fuera la camioneta familiar), me bajo y salgo al patio; tiene una forma extraña, como si tuviese un escalón hecho con panes de pasto, muchos arbolitos pequeñitos, y en un costado una piletita que haría felices a millones de liliputienses, pero que para mí es minúscula. Las paredes están metidas hacia adentro en varios tramos, como si se tratase de una fortaleza, aunque son blancas, bajas, y no parecen tener mecanismo de defensa alguno.


En el patio hay otro niño que sospecho que usa drogas duras y roba, gente a la que nunca le pude mencionar las cosas que me caían mal de su persona, y más personas que se relacionan conmigo de maneras muy rebuscadas para explicar (está, por ejemplo, una amiga lejana de mi ex, que siempre recuerdo porque tiene una sola ceja).


No recuerdo qué más ocurre a partir de la escena del patio, pero agarré la notebook apenas me levanté, y esto es todo lo que pude recordar n__n 
Si lo repito de vuelta lo completaré.

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